• Música para este verano
  • La fiesta de la música en Bilbao
  • Un poco de crítica social
  • Rosas y Encanto en Madrid
  • Los polos opuestos de un estilo

domingo, 23 de junio de 2013

De Woodstock al FIB

[Permítanme que ahora que comienza la temporada de festivales haga un poco de reflexión...]

De Dylan a The Vaccines, de Hendrix  a Vampire Weekend, de Janis Joplin a Two Door Cinema Club, de The Who a The Strokes.

Jimmy Hendrix - Woodstock 1969


El cambio no es solo musical. Dentro de la parafernalia que rodea a cada grupo de música se encuentran los ideales que representa cada generación de música. Desde las ropas rasgadas a los pitillos ajustados por los tobillos hay una corriente de valores inscritos en las letras y estilos de cada grupo de música. Antes lo alternativo era sinónimo de rebeldía pero ahora lo indie es una exaltación de lo estético por lo estético. Y no es que antes la estética no contase para nada, si algo identifica a una generación o a un grupo social es la forma de vestir, de actuar o incluso de hablar. Pero ahora el trasfondo adolescente, rebelde, revulsivo, anti-todo se ha disuelto en la exhibición de un tipo de zapatillas bien a juego con unas gafas sin cristales.

Estamos entrando en berenjenales y la polémica está servida pero ¿dónde quedó Woodstock? Un escenario para denunciar a través de la música que algo estaba pasando, que algo estaba yendo mal. Un escenario para expresar un descontento. Ya no entramos a que tuvieran razón o no, pero por lo menos teníamos músicos comprometidos y concienciados con algo que no fuese la moda o la última versión del Iphone. Y no es que ahora no haya músicos comprometidos, ¡claro que los hay! El problema es que antes, esos músicos que ahora suenan en el eco de la eternidad, incluso en vida, eran el paradigma cultural para una generación de jóvenes que se identificaba en algo más que en su forma de vestir. Ahora eso no pasa, eso es lo que ha cambiado. Se ha desplazado el paradigma cultural de lo alternativo a un escenario en el que priman lo etéreo y lo superficial antes que el compromiso social de los artistas. ¡Cuánto daño ha hecho Instagram!.

Un declarado fan del indie internacional como es un servidor se pregunta dónde empezó este fenómeno y ante la dificultad de emitir un juicio me remitiré a aquellos que propusieron empezar la revolución desde la cama, y en la cama siguen todavía.

Alberto Ortiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario